Las 5 solas de la Reforma
Protestante
Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg
el 31 de octubre de 1517. La queja principal de estas tesis era la venta de
indulgencias, con las cuales se pagó una buena parte de la construcción de la
Basílica de San Pedro. Sin embargo, esto inició todo un movimiento que culminó
revisando no solo la venta de las indulgencias, sino también toda la teología
que la iglesia de Roma practicaba y enseñaba.
¿Qué son las cinco solas?
Las cinco solas son cinco frases en latín popularizadas durante la
Reforma Protestante que enfatizaban las distinciones entre los primeros
reformadores y la Iglesia Católica Romana. La palabra sola es la palabra latina
que significa "sólo" y se utilizaba con relación a cinco enseñanzas
clave que definían los argumentos bíblicos de los protestantes.
Cinco Solas es la denominación conjunta para cinco frases en latín
que surgieron durante la Reforma protestante y resumen las creencias teológicas
básicas de los reformadores o protestantes que entraban en contraposición con
la doctrina romana.
La palabra latina sola significa en español “solo” o “solamente”.
Las Cinco Solas expresan cinco creencias fundamentales, que los reformadores
entendían como pilares esenciales para la vida y práctica cristianas. Estas
cinco “Solas” expresan los principios que guían al protestantismo. (Estos lemas
eran expresados en Latín pues este era el lenguaje académico de la época; por
eso se les conoce históricamente como las “Solas = Sólo”)1.
Todas y cada una de las solas rechazaban o se oponían
explícitamente a prácticas y doctrinas extendidas a comienzos del siglo XVI en
la cristiandad latina y que los reformadores criticaban, atribuyéndolas a la
usurpación de competencias, atributos o cualidades por la jerarquía
eclesiástica de la Iglesia de Roma, y especialmente por su cabeza, el Papa; y
que en realidad correspondían, o bien únicamente a Dios, o bien a todos los
cristianos (sacerdocio universal).
Estas son:
1. Sola scriptura:
"Sólo las Escrituras".
2. Sola fide: "sólo
fe"
3. Sola gratia: "sólo
gracia"
4. Solo Christo: "solo
Cristo"
5. Soli Deo gloria:
"sólo a la gloria de Dios"
Cada una de estas solas puede considerarse tanto una corrección de
los excesos de la Iglesia católica romana al comienzo de la Reforma como una
declaración bíblica positiva.
Las cinco solas de la Reforma Protestante ofrecieron un fuerte
correctivo a las prácticas y creencias defectuosas de la época, y siguen siendo
relevantes hoy en día. Estamos llamados a centrarnos en las Escrituras, aceptar
la salvación por la gracia a través de la fe, magnificar a Cristo y vivir para
la gloria de Dios.
1-Sola Scriptura
Sola scriptura hace énfasis en la Biblia como la única fuente de
autoridad para los cristianos. Al decir "sólo las Escrituras", los
reformadores rechazaron tanto la autoridad divina del Papa católico romano como
la confianza en la tradición sagrada. Sólo la Biblia era "inspirada por
Dios" (2 Pedro 1:20-21) y "respirada por Dios" (2 Timoteo
3:16-17). Cualquier cosa que el Papa o la tradición enseñara y que contradijera
la Biblia había de ser rechazada. La Sola scriptura también impulsó la
traducción de la Biblia al alemán, francés, inglés y otros idiomas, e impulsó
la enseñanza de la Biblia en los idiomas comunes de la época, y no en latín
Los protestantes confiesan su fe en la “sola Scriptura”. Esta
doctrina, la cual fue el principio formal de la Reforma, enseña que la Biblia
es la suprema norma de fe y conducta en la vida del pueblo
de Dios. Por lo tanto, la Palabra de Dios es la máxima autoridad en
materia de fe y práctica. Por tanto, nada que contradiga la revelación de Dios
puede regular la vida del creyente (Gálatas 1:6-10; 2 Timoteo 3:16; 2 Pedro
1:3).
2-Solo por fe ó Sola Fide
Significa solamente por fe
Y esta fue la afirmación central de Martín Lutero que provocó la
gran controversia del siglo dieciséis. Y él respondía a la pregunta:«¿Cómo se
justifica una persona delante de Dios?».
Sola fide enfatiza la salvación como un don gratuito. La Iglesia
Católica Romana de la época enfatizaba el uso de indulgencias (donar dinero)
para comprar un estatus con Dios. Las buenas obras, incluido el bautismo, eran
consideradas un requisito para la salvación. Sola fide afirmaba que la
salvación es un don gratuito para todos los que la aceptan por fe (Juan 3:16).
La salvación no se basa en el esfuerzo humano ni en las buenas obras (Efesios 2:9).
Calvino adoptó una visión similar de la importancia de la doctrina.
Él utilizó una metáfora diferente. Dijo que la justificación solo por fe es la
bisagra sobre la cual todo gira en la vida cristiana. A través de la revelación
de la Palabra de Dios aprendemos que solo Dios tiene la capacidad de perdonar
el pecado del ser humano y salvar al hombre perdido de la condenación eterna.
Si solo Dios puede salvar al hombre, la pregunta que surge es esta: «¿cómo lo
hace?». En las Escrituras está la respuesta.
Los primeros capítulos de la carta a los Romanos exponen la
verdadera condición del hombre pecador, declarando en Romanos 3:23 que todos
somos pecadores y, como tales, no alcanzamos la gloria de Dios. Sin embargo, en
Romanos 3:24-26 está la respuesta de Dios para salvar al pecador de las
consecuencias fatales del pecado. Pablo llama a esta acción de Dios a favor del
pecador «justificación». Justificar es declarar a una persona inocente y sin
culpa, legal y judicialmente (Ro. 3:24). Esta justificación es gratuita. Para
ser declarados justos y sin culpa por Dios, no tenemos que pagar absolutamente
nada, el perdón es gratuito. Somos «justificados gratuitamente por su gracia»
(Ro. 3:24).
Pero eso no significa que la salvación no tenga precio o que no
tenga costo alguno. La Biblia enseña que la justificación es «por medio de la
redención que es en Cristo Jesús» (Ro. 3:24). El precio es alto, pero ya fue
pagado por el Señor Jesús, él murió por nosotros y pagó por nuestra redención.
La palabra redención viene del latín redimere y significa «rescatar o sacar de
la esclavitud al cautivo mediante un precio» (1 Co. 6:20; 7:23; Gá. 3:13; 4:5;
Ef. 4:30; 1 P. 1:18; 2 P. 2:1; Ap. 5:9; 14:3). Cristo pagó el alto precio de
nuestro rescate.
Entonces, ¿qué tiene que hacer el hombre para ser salvo? Solamente
arrepentirse de su pecado y creer en Cristo como el único que puede darle el
perdón y la vida eterna. La salvación es solo por medio de la fe. Esto está
claramente afirmado en Efesios 2:8: «Porque por gracia habéis sido salvados por
medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios» (cf. Jn.
3:16,18, 36; 5:24; 6:29; 6:47; Ro. 1:16, 17; 3:22; 10:10; 1 Jn. 5:10, 13). El
hombre no puede ser salvo aparte de lo que Dios dice, y él ha dicho que el
único medio para la salvación es la fe.
Es importante decir, también, que la fe como el único medio de
salvación no ha cambiado, todos los hombres a través de todos los tiempos han
sido salvos por medio de la fe. La Palabra de Dios enseña que «el justo por su
fe vivirá» (Hab. 2:4; Ro. 1:17; cf. Gá. 3:11; He. 10:38). Adán, Noé, Enoc,
Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Rahab, David, Pablo, Pedro, el carcelero de
Filipos, tú (si has confiado en la obra de Jesús a tu favor) y yo, todos hemos
sido salvados por medio de la fe.
3-Sola gratia (Solo gracia)
Es la doctrina que sostiene que la salvación viene sólo por la
gracia divina o gracia de Dios; es decir, por un “favor inmerecido”, no como
algo que el pecador haya conseguido por sus propios méritos. La salvación es
únicamente por la gracia de Dios y que somos rescatados de Su ira por Su gracia
solamente. Es por la GRACIA de Dios que nosotros tuvimos la FE para poder creer
en El.
La salvación no es por obras. La salvación es regalo e iniciativa
divina. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios
2:8-9). Es Dios buscando al hombre, y no el hombre a Dios. … El hombre no puede
hacer nada en el sentido de lograr su salvación.
Sola gratia enfatiza la gracia como la razón de nuestra salvación.
En otras palabras, la salvación proviene de lo que Dios ha hecho y no de lo que
nosotros hacemos. Efesios 2:8-9 enseña: "Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para
que nadie se gloríe".
4-Solo Cristo
«En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos» (Hch. 4:12). El
evangelio nos enfoca en la persona de Cristo, solus Christus, como nuestro
perfecto Salvador. La doctrina de solus Christus enseña que nadie puede añadir
a la obra redentora de Cristo. Él es suficiente. La Iglesia Católica Romana
enseña que los creyentes pueden ir al purgatorio, lugar en el que son
purificados al pasar por castigos temporal antes de entrar al cielo. En el
tiempo de la Reforma el papa ofrecía «indulgencias» que otorgaban a los
creyentes los méritos de Cristo, María y los santos, para acortar su castigo en
el purgatorio. Sin embargo, si el purgatorio es real, entonces la obra de
Cristo fue incompleta.
Solo Christo (a veces denominado Solus Christus, "sólo a
través de Cristo") resalta el papel de Jesús en la salvación. La tradición
católica romana había colocado a los líderes de la iglesia, como los
sacerdotes, en el papel de intercesores entre los laicos y Dios. Los
reformadores enfatizaron el papel de Jesús como nuestro "sumo
sacerdote" que intercede por nosotros ante el Padre. Hebreos 4:15 enseña:
"Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado". Jesús es el que nos ofrece acceso a Dios, no un líder espiritual
humano.
5-Solo a Dios sea la Gloria
Al llegar a la última de las “cinco solas”, no nos queda otra cosa
que señalar que todo lo que Dios ha hecho a través de su unigénito hijo
Jesucristo, ha sido para la alabanza de su gloria. Dios es el único digno de
recibir la gloria. “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A
él sea la gloria por los siglos. Amén” Romanos 11:36 Este es uno de los textos
de las Sagradas Escrituras que resume el todo de la revelación divina. Las
cosas provienen de Dios, se hacen por Dios y son para su eterna gloria.
Soli Deo gloria enfatiza la gloria de Dios como la meta de la vida. En lugar de
esforzarnos por complacer a los líderes de la iglesia, mantener una lista de
reglas o proteger nuestros propios intereses, nuestro objetivo es glorificar al
Señor. La idea de soli Deo gloria se encuentra en 1 Corintios 10:31: "Si,
pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios".
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